El cambio es muy violento
Momento Kodak
Estamos en una encrucijada: nos aferramos al pasado o abrazamos lo nuevo. Es duro para todos. El cambio es muy violento y no tenemos las herramientas ni la predisposición para aceptarlo.
Nos gustaría que todo siga funcionando como siempre, pero no va a pasar. Se descolocan las empresas, se descolocan las personas. Muchos no entienden lo nuevo.
Hemos estado hablando tanto de innovación, tantas veces hemos escuchado repetir el ejemplo de Kodak y ahora todos lo estamos viviendo, incluso los que están en las industrias creativas.
Queremos responder a nuevos problemas con las mismas estructuras. Con el mismo aparato que nos ayudó a construir lo que va desapareciendo. No creo que funcione así y entonces comenzamos a sentir mucho dolor. Dolor de que las cosas no funcionen como antes. Que los números no sean los mismos, que caigan radicalmente y nada nos funcione. Queremos aferrarnos a lo que ya no existe, renegamos y nos mordemos la cola.
Fuilo Max
Lo veo en clase. Tengo varios alumnos a los que las cosas les funcionaba bien y ya no. Para ayudarlos en el transito, cree un personaje para que todos lo podamos ver como un externo: Fuilo Max, que viene, si acaso requiere explicación, de "yo fui lo máximo".
Antes Fuilo tenía edad madura. Hoy puede ser un joven de 25. Así está la cosa. Los cambios son tan brutales que hasta recientes egresados de alguna profesión han sido formados para un empleo que ya no existe o que está al muere.
Igual pasa con las empresas. Las necesidades siguen, pero la manera de atenderlas está cambiando y hay decenas de conceptos que se crean, que se hacen moda, pero confunden y agregan complejidad a lo que es simple. Conceptos que no corresponden a nuestro negocio ni a nuestra realidad ni a nuestros clientes y que en lugar de ayudar nos llevan por caminos errados.
Qué difícil entonces ¿dónde buscar, a quién buscar, en qué y en quién confiar?
Entre el ser y el haber sido
Empresas y personas están entre el ser y el haber sido, ese es hoy el dilema. Hoy todos nos preguntamos ¿cuál es la ruta para seguir siendo? Cuál es el camino para que la necesaria transformación no termine en un desastre monumental.
El momento requiere tanta reflexión y hay tan poca.
Discusión y debate: es momento de exigir a las neuronas. Pero el modelo anterior ha hecho que no tengamos tiempo para pensar, para generar ideas, estaba todo tan fácil que, para hacernos eficientes adelgazamos la estructura y redujimos las neuronas, los centros de reflexión interna.
El cambio es muy violento
Conversaba con uno de mis alumnos, un gran productor audiovisual, en eso lanza una sentencia demoledora: "se acabó la publicidad en la que yo participaba, si no ha muerto ya, va a morir este año". Y regaña mortificado: "antes yo tenía cuarenta personas trabajando conmigo para un proyecto. Ahora casi nadie acepta un presupuesto de esa magnitud".
Lo corto y respondo: si muere la publicidad es porque están muriendo los medios que las albergaban, pero no es que pasemos menos tiempo frente a una pantalla. Lo cierto, es que pasamos más tiempo que antes. Lo que tenemos que descubrir es cómo te ubicas en este nuevo escenario. Mucha más gente es dueña de sus "frecuencias audiovisuales", de sus canales de comunicación. La necesidad es la misma, las marcas requieren publicitarse, muchas más empresas y personas necesitan ser sólidos en su comunicación, por tanto el número y la variedad de clientes se amplían, cambian los presupuestos, cambia el tamaño de los equipos, cambió la tecnología, todo hoy se hace con menos gente, con equipos más baratos, pero se requiere más creatividad para destacar.
Pero no quieren pagar, Juan.
Solo concéntrate en armar tu oferta, estás trabado, le insisto. Diseña un servicio para los nuevos tiempos. Le doy varias ideas, pero le cuesta muchísimo aterrizarlas, empaquetarlas, presupuestar. Le cuesta muchísimo imaginar el nuevo modelo de su emprendimiento.
Le cuesta enormemente sentarse a diseñar una nueva cartera de servicios adecuada a los tiempos actuales.
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