Las deudas nublan la cabeza
Ayer atendí a una pareja de primos que habían decidido cargar a sus espaldas una deuda grande de sus padres.
Los papás habían tomado la decisión de invertir en un negocio que nunca funcionó. Invirtieron un millón de dólares en montar una planta de producción antes de la pandemia. Esa planta nunca pudo echarse a andar por problemas técnicos que no se pudieron corregir porque el dinero se terminó.
Un amigo los había convencido de invertir en un emprendimiento del cual no conocían nada. Pidieron dinero prestado poniendo como garantía sus casas.
Como el negocio no funcionó, los primos decidieron asumir la deuda, les iba bien y decidieron ayudar a sus padres.
La carga económica era muy fuerte, se iban casi 30 mil dólares mensuales amortizando el crédito y los intereses. En tres años habían logrado reducir la deuda a la mitad, pero a costa de la salud de sus emprendimientos. Además, sus propias ventas bajaron.
Los primos le metieron tanto dinero a un problema que no era suyo que terminaron descuidando sus negocios, los descapitalizaron y se desconcentraron dejando de poner el foco en sus negocios en los cuales solían ser brillantes, quizás por eso me llamaron, la cabeza se recalienta y deja de pensar fino. En momentos así es mejor llamar a alguien externo que pueda ayudar a ver el problema desde otra perspectiva.
Ese creo que fue mi aporte fundamental en la reunión, los miraba mientras me explicaban y yo no dejaba de pensar cómo hacían para no cometer errores con tanta presión. Porque un endeudamiento que te sobrepasa presiona tanto que comienzas a errar. Una crisis financiera angustia no solo a los que la tienen sino a toda la familia. Sabes hacer plata, pero te olvidas de hacer plata.
Analizamos escenarios, propiedades que se podrían vender, los padres tenían felizmente respaldo y ellos aun capacidad de endeudamiento como para hacer un puente entre el hoy y el momento en que se vendan las propiedades.
Se puso paños fríos para aclarar situaciones y perfilar pasos, pero me quedé pensando en que vivimos una masiva situación de endeudamiento. Emprendedores, empresarios, cabezas de familia, familiares, muchísima gente está tomando préstamo tras préstamo con la esperanza que ya la mala racha se acabe y comience de nuevo el círculo virtuoso de la creación de riqueza.
Partamos del hecho que la gran mayoría de la gente tiene voluntad de pago, pero se está moviendo el escenario de tal manera que todos los movimientos que los emprendedores hacen se ven truncados por factores que no les son propios.
¡Fuerza Perú!
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